sábado, 23 de abril de 2011

“Apáguenle la música”

La epidemia de la reelección que hoy ataca al sistema inmunológico de la constitución que la prohibe en algunos países, tiene como síntoma diarrea de corrupción. Pero esto me recuerda a un amigo en Miami, que no sabia despedirse de las fiestas, por lo que los dueños de las casas tenían que enfrentarlo para botarlo diciéndole “Esto se acabó” ya vete.

Estos viejos que ayer eran muchachos de ideales rojos, que soñaban con la revolución para darle a su pueblo un lugar en la gloria, se pasaron su juventud intercambiando piedras contra bombas lacrimógenas con la policía de aquellos gobiernos que ellos combatían. Ahí parece estar el motivo que les hizo llegar tarde a la fiesta del poder que hoy ostentan, y de la que no se saben despedir.

Luego de ser reprochados por el pueblo, por las organizaciones de la sociedad civil y la iglesia, por intencionar violar la constitución, han cambiado la táctica, y han acudido a las faldas para tapar el paquete de la reelección y disimular el tamaño de su mala intención. Están fascinados y borrachos con una parranda en donde las promesas andan rodando de brazo en brazos. Regalando dadivas con los recursos del pueblo.

Hoy ya no es necesario el fraude al estilo de los gobiernos que estos ex izquierdistas combatían, gobiernos que escondían y quemaban urnas electorales. Ahora en este presente se compran las voluntades de la gente, comprando las cedulas con las que deben votar. Usando el dinero de la misma gente. El mundo debe parar las orejas como lo hace un perro educado al escuchar un ruido desaforrado. Porque la epidemia puede ser universal y de consecuencias impredecibles.

La historia no suele repetirse con las mismas caretas, ¡pero cuidado!

Los que han olvidado el crimen contra Luis Donaldo Colosio, un candidato que prometía con creces enfrentar la corrupción en México, de aquel poder en fiesta y sin freno, que hoy puso el crimen rápido y furioso, deben ponerse las pilas en la memoria. Porque si recordar es vivir, olvidar puede significar morir. Hoy más que nunca se hace urgente, que les apaguemos la luz y la música a quienes quieren seguir, porque el escándalo puede repetir la tragedia. Los parecidos son idénticos.

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